martes, 15 de enero de 2008

FRASEDROMO, a favor de Carmen



Pero Carmen Aristegui, si bien significaba uno de sus activos más importantes, era también pluma de vomitar para la división de radio de Televisa y en general para esa empresa, que es remilgosa en cuanto concierne a la autonomía de sus comunicadores. …Durante meses, los intereses comerciales de Prisa neutralizaron los políticos de Televisa, y de esa oposición derivó una suerte de escudo protector para la mejor periodista en ejercicio en nuestro país. Pero cuando aquellos intereses del grupo español se convirtieron también en intereses políticos –en virtud de los cuales Juan Ignacio Zavala, cuñado del presidente Calderón, fue contratado por el consorcio de los Polanco–, Carmen Aristegui quedó a la intemperie y nada pudo impedir que, contrariando la lógica comercial del mayor beneficio en el menor tiempo, se resolviera no renovar su contrato, máscara de un despido que a nadie engaña, entre otras razones porque allí donde sí funciona la relación profesional entre el difusor y la periodista, su programa cotidiano de entrevistas en CNN, la relación contractual ha venido mejorando.
Miguel Ángel Granados Chapa, Proceso.


Hoy, tras el golpe a Carmen Aristegui, los temores se reactualizan: esto parece la antesala de la represión que acompañará la venta de Pemex (y para la cual se creó la Ley Gestapo, que permitirá la entrada de la policía a nuestra casa).
Jaime Avilés, la Jornada.


… Carmen Aristegui siguió por varias semanas asuntos que hubiesen desaparecido de otro modo, como el de doña Ernestina Ascensión, y su muerte en Zongolica, Veracruz, el de Lydia Cacho y su vigorosa denuncia de Kamel Nacif y el góber precioso, cuyo diálogo francamente histórico Carmen divulga por primera vez, mi héroe chingao, del sacerdote Marcial Maciel, antes tan defendido, hoy tan olvidado, de la protección del cardenal Norberto Rivera al cura Nicolás Aguilar, etcétera, etcétera…
…El episodio o el caso de Carmen Aristegui reitera la profundidad de los reflejos condicionados del autoritarismo: si no aceptas servilmente mis decisiones, te pones al margen de mi ley (“al cielo con mis instituciones”), porque la ley sólo autoriza el apoyo a mi gobierno o a los intereses de mi empresa. Por lo visto, la clase gobernante no tiene ganas de aprender, aún confía en las intimidaciones o presiones políticas y en la ausencia de representaciones de la sociedad civil, en especial de los sectores de oposición
Carlos Monsiváis, el Universal.

¿Por qué una empresa que tiene una barra de noticieros exitosa decide de pronto desmantelarla? ¿Cuál es el cálculo de despedir a conductores de renombre y que además le generaban a la empresa importantes ventas, para sustituirlos con espacios inocuos y conductores monótonos? ¿Cómo se decide fracturar, justo a punto de relanzarlo, al que dicen es su “programa estelar” y su “gran apuesta”? ¿Es totalmente casual que se deshagan de periodistas críticos y cancelen espacios donde se ejercía la crítica al sistema y al gobierno?
Lo que en un principio parecieron hechos aislados o producto de “torpezas”, “descuidos” o “impericias” de sus directivos, podrían cobrar otro sentido y configurar un patrón que apunta claramente a una estrategia de desmantelamiento deliberado de un proyecto radiofónico que se fue volviendo incómodo para algunos sectores sociales y del gobierno.
Salvador García Soto, el Universal


Las evidencias de politiquería en las corporaciones propietarias de la W han generado en apoyo de Carmen, y en rechazo a las maniobras de censura periodística disfrazadas de asuntos de negocios, una amplia y plural reacción a la que, apenas llegado de una breve holganza, se suma el autor de las presentes líneas.
Julio Hernández López, la Jornada.


Este hombre (Antonio Navalón, uno de los representantes del Grupo Prisa en México), en vez de estar agradecido con Andrés Manuel por haber hecho quedar bien a su empresa expresándose con total libertad incluso contra los mismos dueños de la radiodifusora, estaba realmente molesto: “Andrés no le ayuda a Carmen. Si cada vez que vaya a ser entrevistado por ella nos va a criticar, seguro que será muy difícil sostenerla.”…El hecho es que Carmen Aristegui salió de W Radio. Qué derrota para el Grupo Prisa, para el diario El País, para gente con prestigio como Juan Luis Cebrián. Para Carmen ha sido una victoria. No es exagerado decir que en todo México hay gente aplaudiéndola y solidarizándose con ella. La señora Aristegui es hoy por hoy la más influyente persona en los medios de comunicación mexicanos. Se lo merece.
Ferderico Arreola, el Chamuco.

…En México, más del 60% del público tiene como única fuente de información una televisión dominada por un duopolio abiertamente parcial en favor de los intereses creados, del status quo. En el otro extremo está la prensa escrita, donde se encuentran las noticias detalladas y un arco iris de interpretaciones, pero que sólo es consultada por una auténtica minoría. En semejante situación, la radio aparece como el único medio masivo donde un periodismo independiente puede intentar neutralizar la feroz y sistemática parcialidad informativa de la televisión, de ahí la importancia de espacios como el que acaba de cerrarse en W Radio…
… Ahora bien, la polarización creada a raíz de las elecciones de 2006 y del debilitamiento relativo de la Presidencia y del Estado mismo, han llevado a que tanto “Los Pinos” como los grandes intereses que le respaldan, hayan vuelto a ver con interés una vieja política priista: la de limitar las opciones en materia de información masiva…
Lorenzo Meyer, Reforma.


¿Cuántos se habrán creído el cuento de que el rechazo de los grandes concesionarios mediáticos a la reforma electoral se debe a que ésta constituye un atentado a la libertad de expresión? Supongo que sólo quienes carecen absolutamente de información política. Es obvio que lo que les molesta es la grave afectación a sus intereses económicos y políticos (su posibilidad de presionar a partidos, poderes y candidatos, durante los procesos electorales, como ocurrió en 2006)…
Cuesta también creer que los escritores e intelectuales que presentaron un amparo contra la reforma electoral no logren distinguir inteligentes como son entre un límite legal a la influencia del poder económico y un atentado a la libertad de expresión. Como sea, todo indica que los peligros para la libertad de expresión provienen de otros lados, más que de la reforma electoral.
José Antonio Crespo, Excelsior.

Ese derecho (el de la libertad de expresión) acaba de ser conculcado por la empresa de W Radio a Carmen Aristegui, a todos a quienes habría podido seguir dando esa libertad, y nos ha negado a todos sus oyentes el derecho a la información sobre asuntos centrales para la vida democrática y civilizada de este país, que ella era capaz de hallar y proporcionarnos.La libertad de expresión y de opinión no es un derecho humano más; es un derecho sin el cual muy difícilmente pueden ejercerse los demás derechos humanos.
José Blanco, la Jornada.

He oído y leído numerosos comentarios sobre la salida de Carmen Aristegui de W Radio, que merecen alguna reflexión. Dicen unos —casualmente cercanos a Televisa— que no tiene nada que ver con una revancha de esa empresa (por no gustarle las ideas de Carmen sobre las leyes que afectan a los intereses mediáticos). Es que, afirman, ya nada tenía que ver Televisa con las decisiones de W Radio. Así es. El manejo editorial recae en el otro socio, el grupo español Prisa. Pero no parece casual que en aquellos ámbitos donde Televisa sí podía decidir, lo hizo, cancelando la emisión televisiva del programa desde 2006. ¿Eso no sugiere nada? (...) Otros ven en la salida de Carmen la simple finalización de su contrato, sin censura ni revanchas de por medio. No es exacto, pues se pretendía transferir las decisiones de contenido de su noticiero a otra persona y convertir a Carmen casi en lectora de noticias, como tantos hay…Pero más me llamaron la atención algunos comentarios de ciudadanos que celebran la salida de Carmen, por motivos que reflejan todo menos un espíritu democrático. Es la intolerancia ideológica en su máxima expresión (… )Desde luego, la intolerancia y la antidemocracia se encuentran a lo largo del espectro ideológico, y no sólo en un segmento de él (izquierdas o derechas). Por lo mismo, eso de aspirar a la democracia en México cada vez más parece cosa de ilusos y románticos, del tipo de Francisco I. Madero o de Manuel Gómez Morín.
José Antonio Crespo, Excelsior.

Ah, bueno… qué malpensados nos vimos. Televisa y Prisa afirmaron que se trató sólo de un caso de “incompatibilidad editorial”. En su noticiero, Carmen Aristegui ejercía un periodismo honesto y plural. Efectivamente, Televisa y Prisa son totalmente incompatibles con la honestidad y la pluralidad.
Editorial de el Chamuco



Si había una empatía en el momento de la transmisión, cuando se cancela el espacio esa empatía se potencia. Ante la brutalidad del silencio, hay este sentimiento de pérdida de los ciudadanos: “Me quitaste lo que yo oía y no te importé. No te importó que los índices de audiencia fuéramos ciudadanos”.
Carmen Aristegui, en entrevista con Proceso.





algunas plumas en contra...




Hace ocho días pregunté por qué en el momento más exitoso de su carrera, Carmen Aristegui se despedía del auditorio con un mensaje ambiguo y no con un periodístico reporte de hechos. Una semana después, pese a que se escribieron decenas de artículos, nadie ha aportado un dato (incluyo la entrevista de Aristegui en Proceso) que fortalezca la hipótesis de la represión.
Ciro Gómez Leyva, Milenio.

Los empresarios tienen un interés comercial muy claro: ganar dinero…A los periodistas lo que les interesa es hacer el mejor periodismo posible, tirar a un presidente como lo hicieron Woodward y Bernstein en Estados Unidos, y no las utilidades de la estación.
En ocasiones el interés comercial de los dueños de los medios choca con el interés editorial de los periodistas que contratan. Me parece que esto pudo haber ocurrido con Aristegui: se enfrentaron ambos intereses, ambos legítimos. Y, como es sabido, mientras los medios sigan siendo negocios, los dueños llevan las de ganar.
Leo Zuckerman, Excelsior.

Carmen no está sufriendo un acto de censura. Como todos los comunicadores que trabajamos para una empresa, tenía un contrato y al finalizar el mismo ni ella ni la empresa decidieron renovarlo… Que yo sepa, jamás se censuraron o coartaron los espacios de Carmen, no hubo, por lo tanto, censura o consigna en su contra. Tan no la hay que podemos ver a Aristegui todos los días en CNN y leerla todas las semanas en Reforma.
Jorge Fernández Menéndez, Excelsior

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